Los frutos rojos no solo tienen un atractivo color, aroma, forma y sabor, sino que también son una fuente de nutrientes esenciales para el organismo. Cuanto más intenso sea el color, mayor será su valor nutricional. Comer frutas altamente coloreadas pueden mejorar la salud porque son una fuente de flavonoides y antioxidantes. Además, los frutos rojos nos pueden ayudar a reducir el colesterol, cuidar de la salud cardiovascular y en especial, luchar contra los radicales libres, que son los elementos que aceleran el envejecimiento celular y aumentan la predisposición a desarrollar diversas enfermedades.